“Por todas aquellas que murieron
por tener la valentía de revelarse”
-Se necesitan programas que se incluyan dentro de los presupuestos
anuales para erradicar la carencia de
Igualdad-. Una frase que abrió una jornada de cinco horas de duración sobre
Violencia de Género en la ciudad de Carmona y que encierra la desesperanza a la
hora de contrarrestar dicha afirmación con la realidad. Se necesitan NO, vamos a
hacerlo realidad sería lo adecuado. Las leyes en estas materias se siguen visualizando
como si se fueran a llevar a cabo en un futuro lejano. No escuchamos ni leemos
verbos en imperativo que originen una pronta acción en materia de Igualdad
Social en ninguno de los documentos legislativos que se elaboraron, parece ser,
con miedo a que fueran llevados a cabo con firmeza.
Estamos viviendo una época de políticas de abusos hacia la
población española, de corrupción y de engaño social. Una fase histórica que
nos lleva a no creer que se esté trabajando en levantar cimientos en materia de
Igualdad cuando lo que interesa es recortar la economía en todos los ámbitos
del sistema. No se puede ser tan hipócrita
para enarbolar una bandera morada a favor de la mujer cuando se vota a
favor de reducir las dotaciones económicas en las localidades españolas y
produciendo con ello una consecuente escasez de recursos humanos y materiales
en materia de Igualdad de oportunidades para mujeres y hombres.
-Buenos días a todos y a todas-, pronunció en un elegante
andaluz la coordinadora de mesa Doña Rosa Lasheras pasando a presentar a Mª
Jesús Cala, una mujer con un largo etcétera en su currículo como psicóloga y
experta en materia de Igualdad y Violencia de Género. Ésta nos trasladó al
momento en que una mujer abandona el procedimiento judicial una vez que ha
emitido una denuncia contra su agresor. Y nos recordó que es importante que
nunca se sienta sola en el duro camino que desde el minuto uno tiene que
recorrer sobre todo cuando había aceptado el mito de que “el Amor es un
sufrimiento para toda la vida”. Estas mujeres se sienten culpables porque según
nos decía Cala, sienten además que trasgreden una “norma social” para la que
habían sido educadas. Ahora es cuando deben estar protegidas, una vez que dan
el paso de salir de la sumisión personal en la que se cobijaban. Y es aquí
donde tienen que activarse todas las fases que conciernen a un buen
procedimiento judicial. Señalaba que las mujeres más victimizadas socialmente
son aquellas que tienen un bajo nivel educativo y sobre todo la población
femenina migrante. Se sucedieron muchas cifras estadísticas cada vez sin duda
más esperanzadoras, consiguiendo casi con el 80% que las mujeres continúen su
lucha hasta el final.
Es curioso observar como es Sevilla la ciudad con un mayor índice de renuncia una vez iniciado el proceso para sacarlas de la herida abierta en la que viven inmersas. Un fracaso que estoy segura se podría corregir en caso de que a la mujer se la hiciera sentir 100% acompañada para poder estar seguras de sí misma y no abandonar antes de terminado el recorrido hacia su libertad. ¿Y cómo se consigue? Pues con las cinco variables que el trabajo de investigación de la psicóloga recogía con minuciosidad. Que la mujer no vuelva con su pareja, que no se sienta culpable, que se le conceda protección, que se consiga que decida por sí misma y que no le falte el apoyo psicológico. Cinco premisas que necesitan expertos formados con un papel activo en la vida de las víctimas de violencia de género. Pero, ¿es posible? Como terminó la ponente afirmando, queda mucho por hacer. Una frase que siempre nos deja ese sabor agridulce cuando la luz se va viendo al final del túnel. Un retroceso social, económico y político que no hace más que andar pasos atrás en el camino recorrido, pero que gracias a tantas personas que se dejan la piel a diario, cuando se da un paso en falso, se adelantan dos más hacia la lucha por la Igualdad.
Es curioso observar como es Sevilla la ciudad con un mayor índice de renuncia una vez iniciado el proceso para sacarlas de la herida abierta en la que viven inmersas. Un fracaso que estoy segura se podría corregir en caso de que a la mujer se la hiciera sentir 100% acompañada para poder estar seguras de sí misma y no abandonar antes de terminado el recorrido hacia su libertad. ¿Y cómo se consigue? Pues con las cinco variables que el trabajo de investigación de la psicóloga recogía con minuciosidad. Que la mujer no vuelva con su pareja, que no se sienta culpable, que se le conceda protección, que se consiga que decida por sí misma y que no le falte el apoyo psicológico. Cinco premisas que necesitan expertos formados con un papel activo en la vida de las víctimas de violencia de género. Pero, ¿es posible? Como terminó la ponente afirmando, queda mucho por hacer. Una frase que siempre nos deja ese sabor agridulce cuando la luz se va viendo al final del túnel. Un retroceso social, económico y político que no hace más que andar pasos atrás en el camino recorrido, pero que gracias a tantas personas que se dejan la piel a diario, cuando se da un paso en falso, se adelantan dos más hacia la lucha por la Igualdad.
Cuántas veces hemos escuchado que ahora las adolescentes
están cada vez más sufriendo violencia de género en cualquiera de sus
variantes. La Educación en el terreno familiar, educativo, social, de grupo, etc.
tiene que trabajarse duro para erradicar este mito que puede sin duda estar
tomando una forma real en cualquiera de sus vertientes. La Educación es la base
de todo y es por ello por lo que debemos luchar para erradicar la idea del Amor
Romántico, ese que nos metieron en la cabeza de pequeñas y que nunca existió. Debemos
entender a las víctimas, no presionarlas, debemos romper modelos desde la educación
de los colectivos en el caso del aula. Debemos fulminar la idea de que las
niñas nacen y tiene que tener preparada una muñeca rosa junto con su ropa. Debemos
promocionar, prevenir e intervenir cuando sea necesario porque se debe
conseguir un verdadero cambio social. Esta segunda intervención enfocada desde
la Educación la llevó a cabo Carolina Alonso, experta en la materia y sin menos
años de experiencia que la primera ponente de la jornada. Todo un lujo de
referencias como aquella que hizo de Galeano aludiendo a la utopía, ese concepto
que nos permite saber a dónde vamos y que aunque nunca seamos capaces de llegar
al horizonte, al menos nos vale para haber podido caminar. Ese horizonte metafórico
recoge los objetivos que deben marcarse los profesores para conseguir encauzar
al grupo en la formación hacia la Igualdad, cambiar sus vidas y alejarlos de
los horrores de las redes sociales, los programas de televisión de mujeres que
cual ganado se disputan el amor artificial de un hombre, o de manuales como la
saga Crepúsculo tan lejos de la realidad y tan sumamente degradante para la
educación en esta materia. Todos y cada uno de nosotros desde la profesión que
ostentemos en la sociedad, desde el círculo social donde nos movamos, debemos
por todos los medios asumir la responsabilidad
de no educar de forma sexista porque solo así seremos capaces de prevenir
la violencia en mujeres en este estado puramente patriarcal.
No somos enemigas de los hombres, ni queremos verlos como
enemigos nuestros, ninguno está por encima del otro. Lo que realmente hace daño
es como decía Marcela Lagarde que una mujer llegue al poder y lo ejerza de
forma machista. Esto sería una Injusticia. Entre todos no podremos cambiar el
mundo pero si podremos cambiar el metro cuadrado en el que vivimos. Y esa es la
verdadera humidad y sacrificio. El seguir luchando sabiendo que no cambiaremos
de la noche a la mañana. Por nosotras y por aquellas que protagonizaron las
primeras corrientes feministas, sin ellas no hubiéramos llegado hasta aquí. Así
que como continuaba Alonso, debemos agradecer al pasado, reconocer el presente
y continuar el trabajo para dejar un mejor futuro a las nuevas generaciones de
hombres y mujeres porque el sentimiento no es un privilegio exclusivo de
nosotras.
Para finalizar tuve la suerte de escuchar a las fuerzas de
seguridad del Estado representadas en la figura del Jefe de la Policía Nacional
Joaquín Pérez. Y digo la suerte porque tuve en una época de mi vida el sueño de
ser policía o guardia civil. Antes no era tan fácil operarse de la vista como
en la actualidad, así que mi idea cambió de rumbo. Pero hoy fue de esos días en
los que a una escuchando sus experiencias “le pica el gusanillo”. La tercera
ponencia estuvo muy ligada con la segunda desde el punto de vista de la
educación dentro de las academias de policía en materia de Violencia de Género.
Los pequeños grandes pasos que se van dando en los distintos departamentos como
aquel en el año 2005 donde por fin se dejó de pedir la documentación y
denunciar la irregularidad administrativa de una mujer migrante cuando iba a
denunciar un maltrato y que tanto me emocionó escuchar. Pero también nos recordó
el experto, las carencias en materia legal haciendo alusión al fallo que tuvo
el Gobierno Central cuando se aprobó la Ley 1/ 04 por mayoría absoluta sobre
violencia de género olvidando incluir en el código penal el concepto. Por lo
tanto nunca se detiene a un agresor por violencia de género sino por amenazas,
agresiones, malos tratos…etc. e incluso dicha ley ni siquiera ampara a las
relaciones homosexuales. Un duro camino aun por recorrer en el que se debe de
ir aprendiendo de los fallos causados desde 1986 cuando como contaba Pérez una
mujer entraba en dependencias policiales a denunciar una agresión y tenía que
volverse a casa porque para la legislación que “te dieran un guantazo” no era
suficiente para intervenir.
Lo que más me llamó la atención fue escuchar desde el interior
de un hombre y con la rotundidad que él lo pronunció aquello de que estaba muy
agradecido a las asociaciones feministas por el incondicional apoyo que
brindaban a las mujeres víctimas y que ayudaban al trabajo policial más de lo
que podían imaginar. Y terminó con contundencia diciendo que las fuerzas de
seguridad deben prevenir la violencia de género, investigar los casos, reprimir
a los verdugos y proteger a las mujeres.
Un año más pude asistir a estas conferencias que Pepi López e
Isabel Romero junto con la coordinadora, tuvieron el placer de invitarme. Tres
mujeres que encabezan el CIM Carmona, un halo de esperanza para muchas que
perdieron el norte de sus vidas y que gracias a este pequeño rincón a veces
olvidado, podemos seguir creyendo en que los túneles a veces se esconden
ventanas. Hoy, ya pasada la treintena, sufro de cerca las experiencias de mujeres
queridas que acuden desesperadas y casi a escondidas a aquella vieja casa donde
simplemente una mirada amiga es capaz de coser heridas. Por ellas, por TODAS,
NO A LOS RECORTES EN MATERIA DE IGUALDAD.