domingo, 6 de marzo de 2016

Afluentes del Río Morado



Las mujeres de la asociación feminista Carpe Diem de Carmona fuimos invitadas a asistir a la primera jornada de feminismo y ciudadanía de la ciudad, organizada por el grupo político Participa y Equo. Casi pasadas veinticuatro horas del acto, seguimos reflexionando y debatiendo café en mano sobre la necesidad de crear mesas de debates en torno a un tema tan fundamental como es el feminismo en la actualidad.

Tuvimos en honor de escuchar en primera persona a la feminista y activista Mereia Forei, que nos trasladó a nuestras raíces más primarias creando una simbiosis entre la mujer y la naturaleza. Con ella olvidamos aquello de que somos “el sexo débil”, desterramos la idea de que el feminismo es cosa del hoy, que es una invención moderna,  y nos pudimos remontar a la época romana donde creó una metáfora con las invasiones aludiendo a la resistencia propia del ser humano. La represión a los pueblos no es cosa del S.XXI, llevamos asistiendo durante  toda la historia al sometimiento de las comunidades. Pero fue en la época de las colonizaciones cuando la mujer comienza a sufrir una sumisión que llega hasta nuestros días. Ya lo decía Forei, las mujeres han resistido a guerras, epidemias o violaciones fruto del sistema patriarcal de superioridad del hombre blanco que jugó a sentirse el Dios Supremo del mundo. Un mundo que con la llegada del capitalismo se quisieron repartir e imponer límites fronterizos arrasando la vida en todas sus vertientes. Las mujeres, fuimos y seguimos siendo víctimas de la masacre del capital.

La onubense Laura Frost, puso el contrapunto de la jornada. El Yin de Mireia, nada que ver con la ponente suiza que se dejó llevar por el sentimiento de lucha que abandera desde hace ya más de cuarenta años. Frost, fue crítica y contundente, no dejó títere con cabeza a la hora de hablar del sistema político español y de sus nulas condiciones favorables a la mujer trabajadora, englobando en esta palabra a todas y cada una de las mujeres que conforman las diversas sociedades. Pudimos escuchar atónitos como coincidía con parte de las teorías con Forei tildando de su propia personalidad el tema del militarismo y apoyando el ecologismo como base absoluta del bienestar de la mujer y de las sociedades del mundo. “Feminismo o Muerte” señaló la segunda ponente, aludiendo a la cabeza del feminismo francés de los setenta Francoise D´ Eaubonne fallecida en 2005, y terminando con unas palabras que nos atravesaron el alma, dejando abierto un hilo de esperanza a que otra forma de vida será posible pese al paisaje tan desolador que nos había pintado con su ponencia. Todas las mujeres del mundo estamos interconectadas, eso nos hizo entender, desde las guatemaltecas  que abrazan un árbol para protegerlo de ser talado porque les acarrearía un perjuicio vital, hasta la mujer en nuestro país que sometida al injusto sistema laboral es obligada a explotar dentro de su propiedad a su género, para que sus hijos no estén abandonados o cargando a las abuelas de una segunda generación de crianza.

La intervención que más nos estremeció fue la que Vanessa Cassado nos presentó cayendo el medio día. Jurista y experta en violencia de género, Cassado fue dura y rotunda en sus estadísticas. Señaló con el dedo y sin reparos la justicia española, nula de recursos, profesionales formados y exentos de atención a la mujer maltratada una vez que ésta toma la decisión de denunciar el estado al que se encuentra sometida. No hubo opción a la duda, ni siquiera a rebatir la realidad que representaban las gráficas del terror que silueteaban rojos en el proyector. Cada vez más casos, más víctimas, más muertes, más niños, más horror entre paredes de juzgados que nada tienen que ver con el feminismo y donde se cuecen sentencias tan absurdas como que un padre maltratador pueda tener a sus hijos en casa, pese a haber amenazado de muerte a la madre. Piedras sobre su tejado, a Cassado no le importa lo más mínimo si se trata de defender a la mujer, y contestó sin parpadear a un oyente que le preguntó por las supuestas denuncias falsas de mujeres hacia sus parejas o sobre los hombres asesinados. Pero los datos no mienten, comentarios machistas que no tienen fundamento, leyendas urbanas en barras de bares, simplemente, ignorancia.

El sol brillaba, en el casco antiguo de la ciudad se respiraba una calma tensa, sentíamos frío después de hablar de muerte, así que entre amigos y amigas de la jornada cogimos fuerza reflexionando y sintiéndonos más fuertes si cabía. Este tipo de actividades fomentan si caben los lazos interpersonales y las ganas de lucha en grupo, sobre todo cuando sientes que no estás sola.

Adela Aguilar y los micromachismos pusieron el broche final a la jornada feminista, trabajadora social, carmonensa, y fundadora de la asociación el árbol de los sueños. Aguilar nos regaló más de una hora de dinámica donde pudimos interactuar con otras personas de diferente sexo, edad y procedencia, una rica diversidad cultural y de pensamiento. Pudimos debatir en grupos, intercambiar opiniones, contrarrestar teorías, para llegar a un mismo fin, no compartido pero respetado por todos que es más importante. Adela instó a hacer un paréntesis para contrarrestar la educación, los entornos sociales donde se crían los niños y niñas, la necesidad de cambiar las cosas para que no sea la mujer la que sienta miedo, o perciba discriminación en la vida diaria. Nos lo mostró con una serie de videos que nos dejaron un punto y aparte al que estaremos encantadas de volver. Sin feminismo no hay democracia, es una frase hecha y se demuestra en una de las preguntas que cerraron las dinámicas de Aguilar. Las mujeres han sido las que más se pensaron si ir a votar en las últimas elecciones. Ahí están los datos. ¿Por qué? Está clara la respuesta. Aun las mujeres no encuentran aliciente en el despertar político: los hombres ocupan los altos cargos, no existen políticas feministas que amparen la igualdad de derechos y oportunidades, mujeres con escasa formación aun están bajo la supervisión constante de sus maridos en el hogar, sin autoestima, sin dignidad, no sale la voz, no saldrá el voto. 

Desde aquí grito: Basta ya de colonizar el alma de las mujeres, nosotras no vamos a conquistar el territorio del hombre, nosotras no queremos fronteras, ni desterrarlos del sistema, nosotros queremos caminar de la mano, y que no vuelva a existir el 8 de Marzo. Nada que celebrar, mucho por lo que luchar. Somos afluentes del Río Morado, distintas pero iguales, todas desembocamos en un mismo Océano.  Carpe Diem, y Libertad.
Carmona, 6 de Marzo de 2016    Amanda Eslava Martínez 








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